Monólogo para Jutito - Antonio Gálvez Ronceros

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A tu edá, Jutito, ditingues los pájaros po su canto y sabes quiárbole anidan. Descubres po su güella o po su guito lo animale venenosos que se econden entre la yerba. Sabes cómo traete abajo un gavilán, de qué modo acallá perro embravecío, cómo sujetá mula terca, qué hace con un poíno movedizo, cómo aparejá bura preñá, de qué modo cargá los serones, en qué sitio sentase en un buro a pelo, qué yerbas ventean a las bestias, cómo apurá buro tardo, ónde ponele la pedrá a la víbora, cómo quemá paja al borde di un sembrao, con qué yerba se cura el maldiojo, cómo matá sabandija, qué hacé fente a un perro que bota epuma, cómo aclará agua turbia, qué hojas se queman contra lo zancudos, cómo enfriá buro alunao, ónde poné lo pies en un cerco e brotes, de qué modo limpiá un arbo cargao de arañas, qué hacé con la mancha e pericos que llegan con el verano, cómo se tuece el pecuezo a un gallo, de qué modo pelá un conejo, cómo decuatizá un cerdo, a quiora toman agua las bestias, qué palabras se dicen contra un pájaro malagüero, pa qué sirve la yerba de matagusano, cómo quitale el dijuerzo a un animá machiembrao, de qué modo ditinguí el güevo e paloma del güevo e culeirba, cómo hacé con collá con chiquititas flore de campanía… Miras pariba y sabes, Jutito, el tiempo o si va a llové. Sabes pónde cruzá el río, cómo cazá camarone, ónde encotrá la leña má seca, con qué ramas se techa una casa, cómo se hace un epantapájaro, qué yerbas comen los cuyes, de qué modo curá animale güenos pal hombe, cómo hacé diun calabazo un cabeza e muñeco, de qué modo cotá cañabrava, ónde hay jruta juera e su tiempo, cómo engañá a un chaucato imitando su canto, ónde encontrá pierecita e colore, cómo se hace un pitito con hoja de ficu, qué hacé con un nío e polluelo quia caído diun ardo en el camino… Pero también has aprendío, Jutito, a asutate con cosas de la noche. Sioye en la ocuridá el guito diuna lechuza y crees quiun animá malagüero le ta anunciando a alguien la muete. Un coquito suelta en la noche su canto inteminable y piensas que te ta llamando pa llevate a un lugá deconocío onde vive el miedo. Crees quiun aleteo o un trustrus en la madrugá es diuna burja que llega a sembrá un daño incurable y de burla. Entonce tiemblas con ese suto tan gande que sienten lo niños po too lo que brota e la ocuridá… A tu edá tan chiquita sabes cosas que tialegran y cosas de miedo que tiacen sufrí. Pero te farta aprendé mucho má. Cuando seas un hombe tendrás que enderezá elagua en lo surcos, darle tu juerza a la tiera, aventá con cuidao la semía, etarte atento al depuntá de lo brotes, perseguí duramente la malayerba, llevá como de la mano a las plantas pa que anieguen de jrutos la vida… Pero un día, Jutito, ya no podrás inclínate sobe la tiera y tendrás que dejá a los má juertes tu lugá de plantas, semías y surcos. Lo que tiabrán ido entregando día a día po tu tabajo, se luabrán llevá fácilmente los años, comuel viento se lleva las cosas que naa pesan. Entonce comprenderás que tas solo y pasarás lo días consumiéndote en silencio sobe una piera dialgún camino. O tal vez haya pa que arrees una yunta de bueye que jalen una carreta, unos bueye casi ciegos y tan viejos quiabrán tenío que dejá igual que tú lo surcos. Con unos cubos sobe la carreta, irás al pozo diagua hondo y ocuro y regresarás a la casa del dueño de la carreta y los bueye: esa podrá sé una ocupación pa un hombe envejecío. Y llevando elagua, enderezándole el paso a los bueye o agarrándote dellos pa enderezátelo tú, irás depacio po lo viejos caminos sin que nadie te apure, poque a la muete le da lo mimo que vaya depacio o ligero un hombe que ya ta mueto.