Allá lejos - Raúl Zurita
Se hacía tarde ya cuando tomándome un hombro
me ordenó:
“Anda y mátame a tu hijo”
Vamos -le repuse sonriendo- ¿me estás tomando
el pelo acaso?
“pero recuerda quién soy, así que después no
te quejes”
Conforme -me escuché contestarle- ¿y dónde
quieres que cometa ese asesinato?
Entonces, como si fuera el aullido del viento
quien hablase, Él dijo:
“Lejos, en esas perdidas cordilleras de Chile”
II
Con la cara ensangrentada llamé a su puerta:
Podría ayudarme -le dije- tengo unos amigos
afuera
“Márchate de aquí -me contestó- antes de que
te eche a patadas”
Vamos -le observé- usted sabe que también
rechazaron a Jesús.
“Tú no eres Él -me respondió- ándate o te
rompo la crisma. Yo no soy tu padre”
Por favor -le insistí- los tipos que están
afuera son hijos suyos...
“De acuerdo -contestó suavizándose- llévalos
a la tierra prometida’’
Bien: ¿pero dónde queda ese sitio?
-pregunté-
Entonces, como si fuera una estrella la que
lo dijese, me respondió:
“Lejos, en esas perdidas cordilleras de Chile”
III
Despertado de pronto en sueños lo oí tras la
noche
Oye Zurita -me dijo- toma a tu mujer y a tu
hijo y te largas de inmediato”
No macanees -le repuse- déjame dormir en paz,
soñaba con unas montañas que marchan ...
“Olvida esas estupideces y apúrate -me urgió-
no vas a creer que tienes todo el tiempo del
mundo. El Duce se está acercando’’
Escúchame -contesté- recuerda que hace mucho
ya que me tienes a la sombra, no intentarás
repetirme el cuento. Yo no soy José.
“Sigue la carretera y no discutas. Muy pronto
sabrás la verdad”
Está bien -le repliqué casi llorando- iy dónde
podrá ella alumbrar tranquila?
Entonces, como si fuera la misma Cruz la que se
iluminase, Él contestó:
“Lejos, en esas perdidas cordilleras de Chile”